Mi primer recuerdo de lectura.
En la selva, un libro sobre contar animales. Yo tenía tres o cuatro años. Los colores eran vivos, los animales exóticos y he leído esas páginas miles de veces.
Mi libro favorito creciendo
Al otro lado de las barricadas de Joan Lingard. Al crecer en una Irlanda divisiva, el amor y la bondad en Belfast entre el católico Kevin y la protestante Sadie fue un bálsamo para mí.
El libro que me cambió de adolescente
Tenía 16 años en la escuela cuando leí por primera vez Moderato Cantabile de Marguerite Duras. Después de un régimen de escritura en inglés/irlandés que me decía qué pensar y cómo sentir, aquí hay un escritor que creó un espacio para que yo, el lector, pensara como quería pensar y sentir como quería sentir. Me deleitó.
El escritor que me hizo cambiar de opinión
Tenía 21 años cuando leí por primera vez Retrato del artista adolescente de James Joyce. Viví en Aquisgrán, entonces Alemania Occidental, y abracé todo lo europeo, convencido de que, con la excepción de Beckett, la escritura irlandesa tenía poco que ofrecer más allá de la narración. Joyce desmitificó esta noción.
El libro que me hizo querer ser escritor
Siempre había escrito —cartas, diarios— e intentado escribir obras de teatro y cuentos, pero convertirme en escritor, especialmente en Irlanda, parecía una aspiración monumental. Cuando tenía unos 24 años y vivía en Australia, leí Faces in the Water de Janet Frame. Frame de alguna manera hizo tangible el acto de escribir un libro. Su escritura es cruda, sin adulterar, y admiré mucho el coraje que se necesita para escribir una escritura tan cruel y honesta sobre la locura.
El libro o autor al que volví
El juicio de Franz Kafka. Lo había leído en alemán como parte de mi licenciatura, pero sabía que lo extrañaba mucho. Me encantó la indulgencia de leerlo en inglés.
El libro que leí
Leí por primera vez Buddenbrooks de Thomas Mann cuando tenía veinte años, disfrutando de las representaciones de la juventud y las aspiraciones artísticas. Con la reciente publicación de El mago de Colm Tóibín, volví a leer Buddenbrooks, esta vez vinculándome con los personajes de mediana edad. No puedo esperar a leerlo como una anciana para ver cómo se mantiene la escritura.
El libro que nunca pude volver a leer
Leer The Bell Jar de Sylvia Plath fue una experiencia totalmente inmersiva, emocionante y agotadora a los 17 años. Tendría miedo de volver a leerlo, miedo de diluir o empañar este maravilloso tiempo que pasé en este espacio con Plath.
El libro que descubrí más tarde en la vida.
Las cosas se están desmoronando de Chinua Achebe. No puedo creer que cumplí 40 años antes de leer este libro. ¿Cómo se me escapó?
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El libro que estoy leyendo actualmente.
Una Misericordia de Toni Morrison. Estoy pasando por lo de Morrison ahora mismo.
Mi consuelo leer
Libros sobre gramática. Tres libros: The Elements of Style de William Strunk Jr y EB White; Reglas gramaticales: escribir con precisión militar por Craig Shrives; y Eats, Shoots and Leaves de Lynne Truss, están siempre disponibles, listos, en caso de duda, para calmar y consolar.
Faber publica The Colony de Audrey Magee en rústica.